¿UNIDAD O UNIFORMIDAD?
¿Te obligaron a estudiar matemáticas y tú eras bueno en deportes? ¿Has sentido que en el trabajo, en la vida te obligan a hacer cosas que no quieres o que parece que “no se te dan”? O, ¿tienes cualidades que nadie valora o aprecia? ¿Te conoces lo suficiente como para aprovechar tus cualidades?…
Estas y muchas preguntas más pueden surgir en los padres de familia, líderes en el trabajo, docentes en la escuela. ¿Queremos que todos sean iguales o que cada uno crezca como persona con sus particularidades?
Lee atentamente esta reveladora fábula acerca de la «Escuela de los animales» de George Reavis:
“Cierta vez los animales decidieron hacer algo para afrontar los problemas del Mundo Nuevo y organizaron una escuela.
Adoptaron un curriculum de actividades que consistía en correr, trepar, nadar y volar, y para que fuera más fácil enseñarlo, todos los animales se inscribieron en todas las asignaturas.
El pato era un estudiante sobresaliente en la asignatura de natación de hecho superior a su maestro. Obtuvo un suficiente en vuelo, pero en carreras resultó deficiente. Como era de aprendizaje lento en carrera tuvo que quedarse en la escuela después de la hora y abandonar la natación para practicar la carrera. Estas ejercitaciones continuaron hasta que sus pies membranosos se desgastaron y entonces pasó a ser un alumno mediocre, de manera que a nadie le preocupó lo sucedido, salvo como es natural al pato.
La liebre comenzó el curso como el alumno distinguido en carreras pero sufrió un colapso nervioso por exceso de trabajo en natación.
La ardilla era sobresaliente en trepamiento hasta que manifestó un síndrome de frustración en la clase de vuelo donde su maestro le hacía comenzar desde el suelo en vez de hacerlo desde la cima del árbol. Por último se enfermó de calambres por exceso de esfuerzo y entonces la calificaron con suficiente en trepamiento y la reprobaron en carrera.
El águila era un chico problema y recibió muchas malas notas de conducta. En el curso de trepamiento superaba a todas las demás en el ejercicio de subir hasta la copa del árbol, pero se obstinaba en hacerlo a su manera. Al terminar el año, una anguila anormal que podía nadar sobresalientemente y también correr; trepar y volar un poco, obtuvo el promedio superior y la medalla del mejor alumno.”
Comparte las interrogantes que surgen en tu mente y en tu corazón con tus hijos/as, esposa… ¿Qué te dice este texto en relación con la educación que recibiste? ¿Cómo tratas a quienes colaboran contigo; a tus hijos, nietos…; cómo se trata a los estudiantes? ¿Qué sucede en el mundo del trabajo?
Muy buen cuento que nos enseña el error en la sociedad que nos ha producido una felicidad efímera y no suficiente. Hay que repensar y reflexionar si eso es lo que realmente queremos de nuestro hijos.
Me gustaMe gusta
Gracias, Luis. Efectivamente es una pregunta muy reveladora y da para pensar…
Me gustaMe gusta