
Comparto desde un nivel personal procesos significativos que han ocurrido en mi vida en estos últimos meses.
Este es un mensaje “muy personal”, y aunque sale aparentemente con más de tres meses de retraso, en realidad, creo que cada cosa sucede a su tiempo. (6-7 min de lectura)
Hoy se cumplen 100 días de haber concluido una etapa de mi vida laboral, particularmente como docente en la Universidad De La Salle Bajío y continuar por caminos que estamos eligiendo.
Pero digamos que figurativamente esa fue mi “segunda reencarnación” en esta única vida que tengo. Quienes me conocen de tiempo atrás saben que he dedicado mi vida tratando de compartir Buenas Noticias, y que por muchos años recorrí los caminos de este mundo viviendo, estudiando y trabajando por tiempos prolongados en Europa, Asia, América -mi continente de origen y que conozco y he tenido interacción en África y Oceanía, particularmente Nueva Zelanda, también por motivos familiares. Por eso pude aprender los cinco idiomas que hablo. Muchos me conocieron como docente a nivel preparatoria y he podido interactuar con miles de personas en los varios lugares donde viví o simplemente pasé.
Los últimos 11 años han sido diferentes: Es evidente que en este tiempo he podido iniciar un aprendizaje, -que nunca terminará- sobre lo que significa tener una bella familia al compartir mi vida con Sally mi esposa y desde hace 7 años y medio, con la pequeña Genesis que nos desafía siempre a seguir aprendiendo.
También estos últimos 11 años pasaron en buena parte compartiendo procesos de aprendizaje-enseñanza a nivel universitario, aunque también tuve la oportunidad de dar clases de Italiano en la Dante Alighieri en León y dedicar tiempo y energías a asesorías a empresas, familias y a encontrarme a nivel personal con muchas personas; el contacto con exalumnos me llevó a USA a impartir un taller para familias; incluso en los últimos meses como familia, estamos también en el mundo de la gastronomía preparando cerditos al carbón, paella, pancit filipino, empanadas… y compartiendo el negocio con otros familiares.
Cuando en Diciembre del 2021 fue claro que ya no tendría clases este semestre escolar que inició en febrero, mi mente y mi corazón se fueron sobre todo y en primer lugar a las personas con las que he tenido contacto gracias a mi presencia en la universidad. Sin duda que entre estudiantes, docentes, personas que también trabajan o trabajaron en la universidad me he encontrado con más de 10,000 personas. Normalmente hacía el esfuerzo por tratar a cada uno/a por su nombre y hasta la fecha casi siempre encuentro a un conocido en un lugar público. Cada una de estas personas, muchos de ustedes que están leyendo, también forman parte de mi vida.
Seguramente fueron más de 10,000 horas las que “di clase”, aunque prefiero decir que compartí los procesos de aprendizaje-enseñanza. Según Malcolm Gladwell, al llegar a este punto, en la medida en que hice bien las cosas, ya podría considerarme “experto” en la docencia, aunque sigo considerándome buscador y aprendiz. Todo esto lo seguiré haciendo en otros ámbitos. Mientras tanto, en estos años cursé una maestría en Terapia Familiar, continuación de la licenciatura en Ciencias de la Educación que hice en Roma y complemento de los estudios de filosofía y teología hechos previamente. Y no he dejado de estudiar en cursos, seminarios, diplomados, capacitaciones que me han permitido seguir creciendo.
Doy gracias por las múltiples oportunidades de crecimiento que he tenido en mi vida, particularmente en la docencia. No todo han sido clases sino también investigación, convivencia, formación personal, aprendizaje que en realidad ha tocado todos los ámbitos de mi existencia. De ahí salió básicamente nuestro sustento.
Pido disculpas por los errores que sin duda cometí. Me voy con la conciencia tranquila de haber tratado de dar mi mayor esfuerzo y de que en su momento y con las personas adecuadas di mi contribución para seguir en actitud de escucha a la voz del Espíritu que es y seguirá siendo nuestra guía. Nadie tiene el patrimonio exclusivo de la verdad y creo que a veces el decir o hacer lo que pensaba o creí correcto pudo haber herido a alguien. En los momentos clave preferí eso a un silencio cómplice o a la indiferencia, aunque también reconozco que a veces callé o me mantuve inmóvil por conveniencia. Perdón de corazón si también falté en algo que debería haber hecho.
Y ahora estoy en la continuación de mi “tercera reencarnación”. Me ha tomado tiempo material y espiritual iniciarla; ha requerido diálogo con quien me conoce, discernimiento; he invertido tiempo, energías y dinero en intentos fallidos y seguramente este proceso todavía tiene curvas ciegas por delante. Gracias a mi familia que ha sido paciente, aunque evidentemente siento que es necesario “moverse” con premura, aunque sin precipitación insensata. Un paréntesis para agarrar vuelo…
Puedo decir con serenidad que en estos momentos de mi vida me resulta claro que, con mi familia, dedicaremos aún más energías a lo que tanto mi esposa como yo hemos hecho a lo largo de toda nuestra vida: apoyar a las personas en su crecimiento integral.
Cuento con un consultorio en León donde recibo a las personas, a pequeños grupos; puedo ir a donde sea necesario para ser “reflejo y espejo” de los procesos de crecimiento en los que cada persona u organización debe ser protagonista. Disfruto escuchar, desafiar y sobre todo proponer preguntas e interrogantes para que las personas en crecimiento encuentren su camino.
Y junto con Sally mi esposa estamos dedicando tiempo y energías a la enseñanza de idiomas. Ella tiene mucha más experiencia que yo en este campo y estamos con las manos en la masa. Cuenten con nosotros para el aprendizaje y traducción de idiomas (inglés, italiano, español, Filipino, Cebuano). Ha sido y con toda seguridad seguirá siendo una manera alegre y digna de vivir nuestra vida, y de obtener “el pan de cada día”.
Estoy seguro que muchas personas me aprecian y creen en mí. He entrado, -con permiso-, en miles de conciencias también a nivel espiritual. Veo como los adolescentes que encontré hace tres décadas, o los y las jóvenes que conocí en la universidad como estudiantes hoy son hombres y mujeres de bien: papás y mamás, empresarios, investigadores, y lo más importante, “gente feliz”. Evidentemente es mérito de ellos, pero da gusto ver que superan a quienes pretendíamos ser maestros o formadores. Incluso, como lo he compartido en estos espacios públicos, con algunos de ellos estamos buscando caminos de colaboración. Muchos me han apoyado con sus negocios o conocimientos. Seguramente he tocado muchos corazones y mi corazón y mi mente también han sido y siguen siendo “tocados”. Si has llegado aquí en la lectura, tal vez has encontrado un lugar en algún momento de este texto.
El mundo no se detiene, y la vida seguirá fluyendo por los canales que nosotros mismos podamos ofrecerle; mi deseo es que la “Vida en abundancia” que el Carpintero de Nazareth propone como proyecto, llegue a todos y todas, incluyéndome a mí y a mi familia.
Y aquí estoy, mejor dicho aquí estamos, “a sus órdenes” en lo que pueda o podamos apoyar, abierto a sugerencias porque estamos juntos en este mundo. De hecho, las mejores ideas en mi vida siempre han venido de otras personas o mejor dicho, de los momentos de diálogo con otras personas.
Al inicio de mi “tercera reencarnación” sé que nadie me va a resolver la vida, que no va a suceder un acto de magia que me dé todas las respuestas pero también sé que no estoy solo. De hecho ya muchas personas en estos 100 días y desde mucho antes nos han dado su apoyo, incluso dentro de la Universidad. Tengo/tenemos amigos y amigas verdaderos que no sólo de palabras sino con hechos me/nos han demostrado que somos familia, que tenemos el espíritu del “Ubuntu” (“Soy porque somos”), que los ideales que profesamos en nuestra vida, en muchas ocasiones son más que palabras. ¡Gracias familia, amigos, conocidos por su apoyo incondicional!
Y si alguien considera que puede “recomendarme”, “recomendarnos”, por favor háganlo, aunque esté muy lejos de la perfección o de considerarme el mejor. Pueden subscribirse en la página o solicitar informes personalmente.
Es un discurso que no quiero cerrar aunque ya quedó un poco largo. Tal vez algún día comparta más de mi diario personal.
Ya tendrán más noticias de iniciativas y proyectos que están surgiendo a lo largo del camino. Todos los miércoles de 8:00 a 8:30 tendremos: “30 minutos para crecer” en Zoom. Es un espacio gratuito para tener ideas para el aprendizaje de idiomas, pistas y sugerencias para la educación en casa o en la escuela… Encontrarán información de todo esto en nuestra página de Internet.
Quiero concluir con la pregunta mágica, una pregunta que, -frente a las personas, me ha permitido tocar la puerta sin forzarla, tender un puente sin cruzarlo de mi iniciativa y que me acerca a la vida, al corazón y a la mente de quien he encontrado. Esta pregunta hace magia: ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
Para mí, es un placer coincidir en la vida con cada uno de ustedes. Sigamos construyendo un mundo mejor para nosotros y para las generaciones que vienen.
La frase que utilicé en los últimos instantes de decenas de los cursos que compartí con los estudiantes la digo ahora: ¡Ánimo! ¡Cuenten conmigo! Y por favor… ¡Seamos felices!
Puedes encontrar este texto, otros materiales y propuestas para el crecimiento integral en este portal siguiendo las ligas a: NUESTROS SERVICIOS o MATERIALES DIDÁCTICOS.

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