LA RESILIENCIA Y LA MUJER.

Sobre la fortaleza de la mujer… En la antigua Grecia, Aristóteles (384 a. de C.) pensaba que: «la mujer es mujer en virtud de ciertas carencias de cualidades» y más tarde, durante la Edad Media, Tomás de Aquino (1225 d. de C.) afirmaba que «la mujer es un hombre incompleto, un ser ocasional“, con lo que nos podemos dar cuenta de la realidad que ha vivido la mujer a través del tiempo. Sin embargo, el siglo XX ha sido testigo de grandes avances en los derechos de la mujer, tales como: el derecho al voto, el acceso a la educación, su inserción al trabajo en todos los ámbitos. La participación de la mujer ha sido inminente en todas las áreas, muy probablemente por su fortaleza y la resiliencia (palabra que últimamente ha ido adquiriendo fortaleza por su gran significado) que ha tenido que desarrollar y ser capaz de poner en práctica para sobrellevar las situaciones que a diario se le presentan.

Más, ¿qué se quiere decir con resiliencia?  La resiliencia es la capacidad que desarrolla una persona para sobreponerse a esas situaciones difíciles, conflictos personales, acontecimientos nada agradables y en ocasiones casi imposibles de soportar… Dada la trayectoria que había vivido la mujer, la cual no se le había presentado nada fácil, poco a poco fue integrando esa fortaleza espiritual que en la actualidad la conforma, pero también ha ido desarrollando esta capacidad de resiliencia, virtudes que en estos tiempos son imprescindibles para salir adelante.

Se le reconoce a la mujer en general estas grandes capacidades, más no se tiene realmente conciencia de la dureza del proceso que tuvo que enfrentar para hacerlas suyas, para desarrollarlas, para integrarlas hasta formar parte de su ser; lo que le ha facilitado en la actualidad sobresalir en la ciencia y el deporte, en la política y en la industria, en el trabajo y en la sociedad.

La mujer tiene una gran labor con la cual cumplir, ya que se considera como la parte humanizadora de la sociedad, la que crea conciencia y fomenta la unión, el punto medular de la familia y eje central del hombre. La cuestión está en ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo llevarlo a cabo? La respuesta es fácil, en teoría, más en la práctica se puede ver la gran dificultad con la que han tenido que sortear las mujeres  a través de la historia: llegar a ser lo mejor que pueden ser, para poder dar lo que el otro necesita; sea esto educación, alegría, tranquilidad, trabajo, esfuerzo, seguridad, templanza, apoyo, amistad, entre otras cosas… Todas ellas son actividades muy necesitadas por todos, más no siempre se agradece como lo indicaría la justicia, sin embargo, por esta gran capacidad de resiliencia que hemos ido adquiriendo y fortaleciendo, nos hemos vuelto capaces de dar eso y mucho más… hagámoslo y verán que nuestro esfuerzo valdrá enormemente la pena!

Para todas las mujeres estupendas que andan por ahí…

Revisen por favor una liga sobre «La mujer en la historia»

Miriam Ceballos A. – ¡Somos Buhay!

 

 

 

 

 


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