Hace poco más de un año que “regresé” al Facebook y por esas fechas también ingresé al mundo del Whatsapp. Me resistía porque me parecía que era una pérdida de tiempo y porque pensé que en realidad las redes sociales no me daban nada.
Y revisaba mi face dos veces al año, un par de horas cada vez para ver cuántos me habían felicitado en mi cumpleaños (tres meses después) o cuántas solicitudes de amistad tenía sin contestar.
Pero en estas líneas me quiero quedar en algo de lo que puede significar el Whatsapp. Y no soy un adicto (eso pienso), pero me he puesto a pensar qué uso darle y cómo regularme frente a ello.
Me refiero a cuatro elementos:
Tiempo: Me doy cuenta que cada día recibo en promedio unos 20-30 videos en Whatsapp con un promedio de 2-3 minutos cada uno. Eso significa que si los veo todos, voy a dedicar una hora diaria a ello. Al final estaré tremendamente motivado, pero ya no tendré tiempo de hacer nada fuera de mi trabajo formal;
Cuida el más precioso don que tienes que es tu tiempo. Nadie te lo puede regresar y no puedes comprar más. Yo normalmente no abro los videos (lo hago de vez en cuando para corroborar estos datos que estoy escribiendo). Con 45 minutos diarios puedes leer un libro de 200 páginas en menos de un mes, dialogar con tu esposa/o, hacer ejercicio, prepararte una rica cena…;
Autoregulación: No decido qué recibir y qué no. Mi buzón está abierto para que cualquiera me mande lo que se le antoje. Es como ver televisión sin leer la programación (creo el 99% de las personas lo hace), o ir a un restaurante y dejar que el mesero decida tu platillo. Encontraremos algo que ver, comeremos algo, pero posiblemente no sea ni lo más interesante, ni mucho menos lo más importante, y no será lo que queríamos (porque tal vez perdimos la capacidad de decidir);
Tomar decisiones correctas es una tarea que dura toda la vida. En el mundo contemporáneo, hay millones de personas que se especializan en obtener nuestro dinero (mercadólogos…), nuestro tiempo (expertos en turismo…), en decirnos qué es bonito y qué no (diseñadores…). Se tú y decide que hacer… (y si decides gastar tu tiempo en el Whats… ¡felicidades!);
Comunicación: Las distancias no existen en el Whatsapp. Puedes hablar, escribir, ver, opinar, compartir y es una maravilla. Es muy agradable recuperar contactos con tres golpes de tecla…Prácticamente es gratis, pero la mayor parte de la comunicación será irrelevante después de 30 segundos. Para el trabajo es una herramienta excelente y para compartir material interesante;
Que no te pase lo mismo con las personas con las que quieres mantener una comunicación profunda. Tus hijos, tu esposa, tus amigos se merecen algo más que un mensaje reenviado sobre la amistad, el amor o la importancia de la familia. La verdad da flojera leer mensajes largos en el Whats. Un grande riesgo es el de pretender tener un debate serio lanzando textos de whatsap: casi seguramente eso resultará un diálogo de sordos y podría provocar resentimientos que se pueden evitar;
Discernimiento: Es evidente que no todo lo que brilla es oro y que el sabio y el casi analfabeto tienen el mismo poder teórico de difusión. Verdades y mentiras circulan y a veces no sabemos cómo distinguir unas de otras.
¿Cómo saber que no me están manipulando? Ahora que se acerca el tiempo de elecciones… será la primera vez que las tendremos con las redes sociales en manos de todos. Frente a este aspecto, tal vez lo único que tenemos es nuestra cultura general y la voluntad de verificar información antes de creerla o reenviarla.
Ya nos dimos cuenta que tenemos el poder para hacer que los partidos nos prometan que van (¡iban del tiempo pasado porque ya se nos olvidó!) a destinar una parte de las campañas electorales a la reconstrucción de México después de los temblores de septiembre de 2017… Ya vimos que varios países cambiaron su destino con la ayuda de las redes sociales (Egipto, Filipinas…) pero de los dedos que escriben, pasaron a la boca que habla y a los pies que se movieron para participar en protestas y movimientos sociales. Ningún presidente va a renunciar porque hay 50 millones mandando mensajes que lo ridiculizan. Pero es un poder oculto que tenemos. China, Vietnam, Irán, Pakistán, Corea del Norte, Eritrea, Turquía han impuesto o imponen restricciones a las redes sociales o las han suprimido por completo y México acaba de reformar el código civil para incluir los medios electrónicos en las sanciones que se pueden imponer a quienes hablan mal de otras personas…
Muchos se han dado cuenta que su pareja los engaña gracias al Whats (desde los mensajes de texto…)…; has aprendido (leído) acerca de las 7 leyes de la felicidad… como se ve un ombligo sonriente, te has unido a cadenas de oración y te han pasado links de artículos interesantes que jamás hubieras encontrado…
No hay marcha atrás. Las redes sociales y el Whatsapp o sus equivalentes llegaron para quedarse…
Entonces… ¿Cómo usarlo?
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El taller: «Vida en el Siglo XXI» incluye un momento de análisis sobre esta temática de capital importancia para nuestra vida en la sociedad contemporánea.
Una respuesta a “A PROPÓSITO DEL WHATSAPP Y COSAS SIMILARES”